Cuando Starbucks decidió aterrizar en China a finales de los 90, no todo fue tan sencillo como servir un café. La compañía se encontró con un problemita: su nombre ya estaba registrado por terceros. La versión en chino, Xingbake (星巴克), que suena muy parecida a "Starbucks", ya era usada por empresas locales que, básicamente, querían subirse al tren del éxito de la marca.
Este tipo de situaciones es bastante común en China, donde algunas empresas locales juegan al “registro preventivo”. Básicamente, registran nombres de marcas extranjeras antes de que lleguen al país para luego venderlos por una buena suma o usarlos para confundir a los clientes. Vamos, es como reservar un asiento en el cine y esperar que alguien te pague por él.
En 2003, Starbucks tuvo que sacar su lado guerrero y enfrentarse a Shanghai Xingbake Coffee Co., Ltd., una cadena local que operaba con un nombre casi idéntico. ¿La excusa? Decían que “Xingbake” significaba “café de estrella” y no tenía nada que ver con la cadena estadounidense. Pero los tribunales chinos no se lo creyeron y le dieron la victoria a Starbucks, reconociendo su fama mundial. Punto para la sirena.
Pero la cosa no quedó ahí. Starbucks también tuvo que proteger su logo, ese de la sirena que todos conocemos, porque muchas marcas locales empezaron a copiarlo descaradamente. Además, tuvieron que registrar su marca en todas las categorías posibles: café, comida, merchandising, y hasta servicios digitales. Así, evitaron que nadie más se aprovechara de su nombre.
La lección que Starbucks aprendió en China es clara: cuando te expandes a un mercado tan grande y competitivo, hay que estar listo para todo. Registrar tu marca desde el día uno, vigilarla como un halcón y, si es necesario, pelear legalmente para protegerla. Porque, al final, ¡el café sabe mejor cuando la marca está segura! ☕
Aquí te dejamos un interesante vídeo de YouTube que profundiza sobre la problemática:
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